En un par de horas tengo programada una conferencia sobre uno de mis programas para empresarios, “La Tela de Araña” y he venido con tiempo de antelación para conocer al organizador del evento del centro de empresas, para tomarme un café y estar más relajado. Mi observación ha venido hace unos minutos cuando, en un bar de la zona me he pedido un café y he vuelto a ver la situación de la gran cantidad de personas que estaban tomándose el café también, leyéndo los periódicos, viendo las noticias de la TV, jugando a las maquinitas tragaperras… He sentido una mezcla de orgullo (por haber salido de aquella rueda viciosa que no me llevaba a ninguna parte, la de matar el tiempo con pequeños placebos), rabia (porque nadie les ha enseñado que pueden dar más sentido a su vida) y una extraña diferencia personal (diferencias en nuestras miradas, en el cutis, en la forma de vestir, en el brillo de nuestros ojos…) pequeños detalles que reflejan el alma de las personas en un abrir y cerrar de ojos.
La cuestión es que mientras la mayoría de trabajadores (por cuenta ajena) mira el periódico en internet en horas de trabajo u otros gastan su tiempo en cafés y cafés, descansos y descansos para charlar con sus compañeros sobre lo mal que va la empresa para la que trabajan o lo mal que va el país… ¡o lo bien que les ha ido las vacaciones!, mientras la mayoría se va de cañitas por la tarde a disfrutar del buen tiempo y a descansar la mente…
Yo estoy investigando “cómo me lo puedo montar para vivir el resto de mi vida sin trabajar, sin rendir cuentas a nadie ni estar preocupado por mi futura pensión”.
Ya estoy en el camino y veo la meta a la vuelta de la esquina. Han sido 5 años de trabajo intensivo, sin ver mucho a mis amistades, sin viajar mucho (más que por trabajo o formación, la cual incluyo en trabajo), sin visitar mucho a mi familia, sin meterme en tener hijos y comprometerme a pasar el resto de mi vida con una persona… Concentrado en conseguir mi objetivo, para poder tener la vida que deseo y compartirla con mis seres queridos, ayudarles emocionalmente y económicamente, para cumplir mi sueño. Concentrado.
Han sido muchos años de trabajo con una motivación extrema. Al principio un poco frustrante porque buscaba una fórmula de éxito peremne y parecía que todo el mundo tiene mucha manía a las fórmulas porque no creen en ellas (por su experiencia) y porque son engañabobos. Ya… yo también lo pienso pero si no las pruebo, no tengo criterio para juzgarlas.
Finalmente he encontrado la fórmula dichosa. Ha sido fruto de 5 años de concentración, sacrificio de algunos de mis valores preferidos y que alimentaban mi alma y mis emociones.
La fórmula es enfocarte en una sola cosa a la vez (ahora estoy con mi proyecto de buceo y no con el de “La Tela de Araña”, pero una conferencia no me desenfoca de mi proyecto de apnea). Se trata de implementar la estrategia de marketing adecuada (ésta diría yo que es la fórmula) y finalmente vivir de ello.
Hacen falta muchos huevos, como me decían algunos de mis seres queridos al ver que me salía del mercado laboral para dejar temporalmente todas esas cosas que te dan seguridad (una hipoteca (jajaja…), una pareja, amigos, familia) y dejar de “matar” mi tiempo con tonterías como “periódicos, video-juegos, libros, idiomas [huelga decir que invertí solamente 2 años de mi vida en hablar inglés y si hoy me oyes hablar inglés no sabrías decir si soy español o irlandés; lo que quiero decir es que no me tiro 10 años yendo a una academia de inglés para seguir sin hablarlo], etc…”.
Esto es como “Ir a la montaña o a la playa”, tienes que elegir, y cuando eliges una, debes dejar la otra. En tu vida laboral o profesional… o incluso en tu estilo de vida, es exactamente igual. Puedes seguir cacharreando por internet buscando tu próxima nueva TV o tu futuro smartphone, criticando a tus jefes en corrillos, pensando en emigos que te sacan de tus casillas, rolletes que no van a ninguna parte o familia que te hace sentir culpable… que eso no va a darte “LA VIDA” que quieres conseguir.
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